Nombre de la actividad: SOMOS IGUALES, SOMOS DIFERENTES
1.- Introducción:
Pedir a los niños que
traigan de casa distintos tipos de manzanas. Sacar las manzanas y pasar una de
cada tipo por el aula para que las examinen. Preguntarles: ¿Son iguales?, ¿Son diferentes?
¿En qué se diferencian? Tomar una manzana roja y preguntar a los niños qué
piensan ellos que tiene dentro. Cortar la manzana por la mitad transversalmente
y enseñarles el corazón. Cortar una manzana amarilla y otra verde. ¿Cómo son
por dentro? Concluir recordando a los niños que las personas son iguales, como
las manzanas. Nosotros somos diferentes por fuera, pero hay un corazón o algo
especial dentro de cada uno de nosotros.
Mostrarles esta imagen y hacerles
preguntas. Es importante que observen lo importante que es regar y cultivar los
corazones de las personas y no perder tanto el tiempo con los videojuegos.
2.- Destinatarios:
Alumnos entre 8-10 años.
3.- Objetivos:
Favorecer una autoestima positiva en los alumnos y
potenciar que discriminen y asuman las diferencias que existen entre él y sus
compañeros.
4.- Descripción de la actividad: Cuento
“LOS GRANDES DONES”
En
cierta ocasión un grupo de niños de un colegio estaba de excursión.
Prácticamente todos jugaban a la pelota, menos Gonzalo, al que veían como un chico tontorrón que no servía para otra cosa que
para reírse de él. Y es que no le gustaban ni las peleas, ni
los deportes, ni nada de nada, ¡ni siquiera se defendía cuando le pegaban!. Era
tan raro, que ni siquiera aquel día jugaba
al fútbol como los demás. Y la única vez que dio al balón, lo
hizo tan mal que acabó en una pequeña cueva. Cuando entraron por la pelota, en
su interior descubrieron un cofre con un enorme libro del que salía un brillo
especial. Corrieron a llevárselo a la
maestra, quien lo encontró fascinante, y acordaron leerlo en
clase a lo largo de los días siguientes.
El
libro se titulaba "los grandes dones", y contaba maravillosas
historias y cuentos acerca de grandes inventores, maravillosos artistas, sabios escritores y aventureros y buscadores de tesoros.
Con cada historia, los niños abrían aún más los ojos, y quedaban encantados con
aquellos personajes con dones tan especiales.
Hasta que llegaron a la última
página del libro,
la que contaba el origen de aquellos grandes personajes. La maestra leyó: "Existe
un lugar en el cielo llamado la fuente de los corazones, donde antes de nacer a
cada corazón se le asignan sus muchos dones. Más o menos un poquito de cada cosa, para conseguir
personas normales. Pero de vez en cuando, algo sale mal, y algunos corazones
llegan al final mucho más vacíos. En esos casos, se rellenan con un último don que convierte esa persona en excepcional.
Pueden faltarle muchas otras cualidades; en muchas cosas será distinto del
resto y le verán como un niño raro, pero cuando llegue a descubrir su don
especial, sus obras pasarán a formar parte de estos libros y cuentos."
Cuando cerró el libro se hizo un
largo silencio en clase.
Mientras todos pensaban en sus propios dones, Gonzalo salió con una de sus
rarezas:
- ¿Y si te hacen un trasplante y te ponen el corazón de un cerdo, tendrás cualidades de cerdo? - preguntó todo serio.
- ¿Y si te hacen un trasplante y te ponen el corazón de un cerdo, tendrás cualidades de cerdo? - preguntó todo serio.
Todos sintieron unas enormes
ganas de reír,
pero entonces, al mirar a Gonzalo, comprendieron que era él precisamente uno de
aquellos casos tan especiales. Y sintieron pena por cada una de las veces que
se habían reído de su torpeza y sus cosas raras. Desde aquel día, nunca más trataron de burlarse de Gonzalo, y entre todos
trataban de ayudarle a descubrir su don especial, que resultó ser un talento
artístico increíble que le convirtió en el pintor más famoso de su tiempo.
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